La urgencia de un nuevo orden económico y político

Resumen

Como hemos aprendido de la Economía Política y de la Historia, la humanidad ha atravesado por diferentes etapas de progreso, de evolución o de desarrollo. Desde el denominado comunismo primitivo, pasando por el esclavismo y el feudalismo, hasta la fase superior del capitalismo, el actual capitalismo financiero, en el cual se privilegia la especulación. Desde la época de las cavernas hasta los falansterios actuales, mucha agua ha corrido bajo el puente. La expectativa de vida se ha incrementado de manera considerable; ahora, sufrir una apendicitis, un pacto “complicado”, o una fiebre eruptiva o una dolencia digestiva o respiratoria no es sinónimo de una inexorable sentencia de muerte. En muchos casos la energía de la cual disponemos ya no es la de nuestros congéneres o la de los animales. Ahora se dispone de la energía de los átomos (en lo microscópico) y de la radiación solar en lo macro o estelar. En ese orden de ideas, si bien no se puede negar que en diversos aspectos la humanidad ha alcanzado notables adelantos que redundan en lo que podría considerarse una mejor calidad de vida, en otros ámbitos, como la miserable vida interior o espiritual que nos compete como antropoides superiores, nuestra conflictiva relación individual con respecto a la sociedad, y los perversos vínculos que hemos establecido con la naturaleza en general, nos permite plantear la hipótesis de que tanto como especie hemos fracasado, como que de seguir por la ruta que parece que nos hemos trazado vamos directo a la hecatombe. La humanidad no ha logrado un desarrollo sostenible. El liberalismo en su versión extremista, el neoliberalismo está agotado. Ni la Economía ni la Política han respondido desde hace mucho tiempo a las necesidades esenciales de la especie. La práctica Ética en la vida de las sociedades es ha sido únicamente una utopía; una declaración de “buenos principios”. En tal sentido, se hace imprescindible crear un nuevo orden económico y político: desarrollar nuevas teorías, diversificar y enriquecer las prácticas de vida que nos permitan una existencia más coherentes con nuestra casa, la naturaleza, y con la esencia de ser humano. Y para ello, se hace impostergable criticar todo, no dar nada por sentado, dudar radicalmente y, además, re-econtrarnos con el todo, ser sinérgicos y holistas. Redefinir lo transdisciplinario